En septiembre de 2015, representantes de los 193 Estados miembros de la ONU se reunieron en Nueva York y se comprometieron a tomar medidas audaces y transformadoras para promover el desarrollo sostenible en los próximos 15 años.
Compuesta por los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la agenda prevé acciones internacionales en áreas como la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud, la educación, la energía, el agua y el saneamiento, los patrones sostenibles de producción y consumo, el cambio climático y las ciudades sostenibles.
Entre los ODS relacionados con los residuos sólidos, destacan:
- Hasta 2030, reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, prestando especial atención a la calidad del aire, la gestión de residuos municipales y otros.
- Hasta 2020, lograr la gestión ambientalmente saludable de productos químicos y todos los residuos a lo largo de todo su ciclo de vida, de acuerdo con los marcos internacionales acordados, y reducir significativamente su liberación al aire, agua y suelo, para minimizar sus impactos negativos en la salud humana y el medio ambiente.
- Hasta 2030, reducir sustancialmente la generación de residuos a través de la prevención, reducción, reciclaje y reutilización.
- Hasta 2020, proteger y restaurar ecosistemas relacionados con el agua, incluyendo montañas, bosques, zonas húmedas, ríos, acuíferos y lagos, eliminando acumulaciones de residuos.
- Fomentar que las empresas, especialmente las grandes y transnacionales, adopten prácticas sostenibles e integren información de sostenibilidad en su ciclo de informes.
- Mejorar progresivamente, hasta 2030, la eficiencia de los recursos a nivel global en el consumo y la producción, y esforzarse por desvincular el crecimiento económico de la degradación ambiental, de acuerdo con el Plan Decenal de Programas sobre Producción y Consumo Sostenibles, con los países desarrollados asumiendo el liderazgo en la mejora de la eficiencia de los recursos globales.
