La tendencia de implementar buenas prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente toma cada vez más fuerza en el mundo. En Colombia, las expectativas son optimistas: para 2030, se espera que unas 5.000 empresas hayan adoptado modelos de desarrollo sostenible, pues el mercado y los consumidores están exigiendo cada vez más a las compañías reinventarse y producir mejor.
Ese es uno de los objetivos que se trazó Fenalco Solidario, corporación que asesora y acompaña a las empresas en el proceso de asumir un compromiso social y ambiental, con el fin de que esto sea la columna vertebral de las organizaciones, vista como una inversión más no como un gasto.
Sandra Sierra, directora de la corporación, explicó que la meta es que este año 1.700 organizaciones se hayan sumado a esa adopción de indicadores sostenibles, lo que representaría un crecimiento del 63% frente a 2022, cuando impactaron a 1.040 compañías.
“Cada vez hay más empresas sensibilizadas y coherentes dentro de su estrategia de sostenibilidad, que es lo que nosotros buscamos”, expresó Sierra.
En una economía compleja
Los cambios que se generaron en el mundo tras la pandemia atajaron muchos de los avances que se venían haciendo en materia económica, social y ambiental. No obstante, también tomaron relevancia otros asuntos como la transformación de los sistemas globales, los enfoques regenerativos de los negocios y la reinvención del capitalismo.
En este sentido, para Sierra, la sostenibilidad es la mejor herramienta que pueden tener las organizaciones para enfrentar crisis de cualquier tipo. “Esto les genera un valor muy importante y las blinda en cuanto a su reputación. Desde Fenalco Solidario seguimos viendo el insistente compromiso de las compañías a pesar de las coyunturas económicas que puedan tener. No hemos visto desaceleración de los empresarios en asuntos de sostenibilidad, ellos siguen apostándole a ese pilar fundamental”, señaló.
Asimismo, recalcó que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (entre los que se encuentran la acción por el clima, producción y consumo responsable, disminución de la pobreza, agua limpia y hambre cero) difícilmente se pueden alcanzar sin ese ‘granito de arena’ por parte de las empresas.
“Las sostenibilidad es la clave para que las organizaciones se mantengan en el tiempo y atraigan nuevos consumidores, que son cada vez más conscientes y tienen propósitos muy claros con las marcas. También les permite que lleguen a más mercados y accedan a nuevas oportunidades. En momentos de recesión es el mejor activo que tienen para expandirse. Es su carta de presentación”, añadió Sierra.
Impulsar las mipymes
Las pequeñas y medianas empresas (mipymes) crean el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y el 60% del empleo, además de conformar el 90% del tejido empresarial, según datos de las Naciones Unidas. Para ellas, apostar por la sostenibilidad ya no es una opción, dada su importancia para los consumidores y los inversores.
“Este año hemos visto de manera especial cómo los emprendedores, desde su concepto de modelo de negocio, ya están desarrollando propuestas que alusivas a la sostenibilidad, especialmente en economía circular. Hay modelos que les permiten ser más eficientes, efectivas y reducir gastos. A veces hay que eliminar ese mito de que la sostenibilidad es un gasto, porque en realidad es una inversión. Y cuando se desarrolla de manera estratégica, a través de alianzas, modelos productivos a largo plazo o vínculos con grupos de interés, se convierte en una oportunidad”, sostuvo la directora de Fenalco Solidario.
El año pasado la inversión en responsabilidad social y sostenibilidad ambiental por parte de las empresas alineadas con la corporación fue de $887.380 millones, siendo las grandes organizaciones las de mayor contribución (78% sobre el total).